Misioneros de esperanza

Prestos a asumir los desafíos pastorales de la nueva cultura “caracterizada por la redución del ser humano a objeto de consumo y la ausencia de aspiraciones humanizadoras y trascendentes”, los obispos de México concluyeron su XC Asamblea Plenaria celebrada hace una semana en el Valle de México.
Tras varios días de trabajo, los obispos refrendaron el llamado de Aparecida, Brasil, de permanecer fieles al compromiso de ser discípulos misioneros y aclararon la necesidad, ante las circunstancias actuales, de ser “misioneros de esperanza”.
Igualmente hicieron un llamado a los sacerdotes, religiosos y religiosas y a los laicos, “a ser corresponsables en la tarea de fortalecer los procesos de una Iglesia en estado de misión permanente”.
Luz a los desafíos
La Asamblea plenaria tuvo como lema “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19)
y “Que cada uno se fije cómo va construyendo” (l Cor 3,1 O).
En ella los obispos compartieron las experiencias en cada una de las diócesis de la Misión continental, a la que llamó la Conferencia Episcopal de Aparecida. Esto con el fin de dinamizarla en sus procesos y estrategias.
Los obispos recordaron el mensaje de la exhortación pastoral “Que en Cristo nuestra Paz México tenga vida digna” y reafirmaron el compromiso de permanecer siendo servidores de la reconciliación y de la paz.
“En esta Asamblea nos hemos preguntado qué desafíos piden, de nuestra parte, una palabra iluminadora y una presencia comprometida. Hemos reflexionado sobre la necesidad de que el Evangelio incida en la nueva cultura, caracterizada por la reducción del ser humano a objeto de consumo y la ausencia de aspiraciones humanizadoras y trascendentes”, dicen los obispos en el comunicado final de la asamblea.
Misioneros de esperanza
Tras refrendar que Jesús es el camino, los obispos recordaron la invitación de Jesús a todos los que lo conocen, de ser sus discípulos, seguirlo y formar parte activa, comprometida y corresponsable en su comunidad.
“Ante los nuevos retos, retomamos el llamado a ser misioneros de la esperanza, iluminados por la fuerza del Espíritu Santo en un nuevo Pentecostés, que nos da confianza y seguridad para vencer los miedos, temores y dificultades de nuestro tiempo”, dice el texto conclusivo.
Misión permanente
Así pues, los obispos reafirmaron el compromiso de “ser animadores de los procesos y estrategias de la misión permanente para que sea efectiva en cada una de las diócesis de nuestro país”.
Pero convocaron a todos a asumir a la Iglesia en un “estado de misión permanente”.
“Todos somos responsables de la misión que se nos ha encomendado y cada uno participamos en ella con diferentes ministerios, carismas y servicios”, sentencian los obispos para luego comprometerse:
“Los obispos estamos comprometidos “a implementar una pastoral creativa y audaz; a organizar las prioridades de nuestras diócesis y a cultivar una espiritualidad profética y de communion”, puntualizaron.


FUENTE: Diocesis Ciudad Juarez